26 octubre 2008

Embrigada por la tristeza

Estoy triste y cansada. Cansada por empeñarme en explicar mis opiniones, por intentar que el mayor número de personas posible me oiga, por gastar mis palabras en oídos sordos. Triste por chocar con la imcompresión, por encontrar la indiferencia bajo el lema "a mí ahora no me afecta". Ahora tengo claro dónde se puede dialogar y dónde simplemente hay que acatar órdenes.
Es muy triste que en tu lugar de trabajo no puedas defender lo que más te importa: TU TRABAJO. Pero me quedan muchos espacios donde hacerlo, y así será. Estoy convencida de que al final nos darán la razón. También creo que todo lo que estamos haciendo para defender la ENSEÑANZA PÚBLICA está sirviendo para algo. Y si no, al tiempo.
No me cansaré de decirlo: la mejor educación posible es la pública. En ella están los mejores profesionales, no discriminamos a los alumnos por su raza o religión, no dejamos a nadie fuera y, sobre todo, es la garantía de una sociedad de futuro preparada y cualificada.
Por todo ello, seguiré protestando, aunque no en mi centro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"¡Enhorabuena!"supongo. Creo que has escrito el texto mas triste de los ultimos tiempos supera incluso al requiem de mozart y es una pena en esa situacion.
Habra que tener fe y seguir luchando a ver que se consigue.

Anónimo dijo...

Que no se malinterprete el otro comentario. Lo que queria decir es que es una vergüenza que por los carpichos y guerras politicas de unos lo tengamos que pagar siempre los mismos. Lo unico es que queria darle un toque ironico, misterioso y culto.